El Don Inquebrantable de la Esperanza
La esperanza es una de las fuerzas más poderosas dentro del alma humana. No es simplemente pensar en positivo ni un optimismo ciego; es la expectativa confiada de que las promesas de Dios son verdaderas, aun cuando la vida parece incierta o insoportable. La esperanza nos sostiene cuando el suelo bajo nuestros pies tiembla. La esperanza levanta nuestra mirada cuando todo lo que vemos son obstáculos. La esperanza susurra que hay más por venir, aunque todavía no veamos el fruto de lo que anhelamos. El apóstol Pablo lo describe con claridad: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). La esperanza es la semilla de la fe, el fundamento de creer en las promesas de Dios. Sin esperanza, la fe no tendría dónde apoyarse. Esperanza Más Allá de las Circunstancias La vida está llena de giros inesperados—enfermedad, pérdida, desilusiones y procesos largos que ponen a prueba nuestra paciencia. Sin embargo, la Escritura nos anima a no perder...