Viajando con Proposito

 Hola, amigo. Si estás leyendo esto, no es por casualidad. De verdad creo que Dios pone a las personas correctas en nuestro camino en el momento justo. Hoy quiero contarte por qué elegí ser una coach de vida espiritual y maestra certificada, y cómo mis mayores desafíos se han convertido en mis mayores regalos. Nací con parálisis facial y fui diagnosticada con diabetes tipo 1 cuando tenía apenas un año. Más adelante en la vida, perdí la vista por completo y quedé postrada en cama. La vida no ha sido fácil, y no voy a fingir que lo ha sido. Pero cada lágrima, cada momento de dolor, cada sentimiento de rechazo, temor, ansiedad o soledad, se convirtió en tierra sagrada para la transformación. Lo que antes sentía como una carga, hoy lo veo como una bendición. Porque entregué mis discapacidades a Dios. Lloré, cuestioné, luché con mi propósito. Y en ese lugar de entrega, encontré claridad, fortaleza y paz. Fue en la rendición donde descubrí cómo usar mi dolor con propósito. Dios no elimin...

 El Valor de Abrazar Tu Reflejo: Viéndote a Través de los Ojos de Dios ¿Cuántas veces nos miramos en el espejo y luchamos por aceptar la imagen que vemos? Ya sea por errores del pasado, estándares de la sociedad o las voces de los demás, a veces nos resulta difícil aceptarnos plenamente. Pero, ¿qué pasaría si eligiéramos vernos como Dios nos ve—aceptados, amados y completos? Desde la Torá hasta el Nuevo Testamento, la Palabra de Dios nos asegura que somos profundamente valorados. En Génesis 1:27, se nos dice que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Esto significa que nuestro valor no está determinado por la validación externa, sino por la huella divina dentro de nosotros. El Nuevo Testamento refuerza esta verdad en Efesios 1:4-5, afirmando que fuimos escogidos antes de la fundación del mundo y predestinados para ser adoptados como hijos de Dios. Romanos 8:38-39 nos asegura que nada puede separarnos del amor de Dios—ni nuestro pasado, ni nuestras imperfecciones, ni nuestras ...

  ¡Tú lo vales! La vida a menudo nos rompe de maneras inesperadas. Experimentamos heridas espirituales, emocionales y mentales que nos hacen sentir indignos de sanidad. Nos preguntamos si realmente valemos la pena para ser restaurados. Pero la verdad es que Dios nos ve como preciosos y está completamente comprometido con nuestra renovación. El proceso de restauración puede ser difícil, pero tú lo vales. Desde el principio, Dios nos creó a Su imagen (Génesis 1:27). Esto significa que llevamos un valor divino, y nuestra valía no está determinada por nuestros errores pasados ni por las heridas que llevamos. El amor de Dios es inquebrantable, y Él desea restaurarnos completamente. Jesús entregó Su vida por nosotros, demostrando nuestro inmenso valor. En Romanos 5:8, Pablo escribe: “Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” No esperó a que fuéramos perfectos; nos vio como valiosos aun en nuestra condición rota. El Salmo 147:3 n...